viernes, 6 de julio de 2012

proceso de saponificación


¿Qué es la Saponificación?
Si hay un concepto inequívocamente ligado a la palabra jabón, es la llamada saponificación. En términos muy sencillos, podríamos definir la saponificación como el proceso que convierte "mágicamente" la grasa o el aceite, en jabón limpiador. Esta transformación mágica no es otra cosa que una reacción química muy común, y que consiste básicamente en:
ÁCIDOS GRASOS + SOLUCIÓN ALCALINA = JABÓN + GLICERINA
Así es como al mezclar los ácidos grasos (principales componentes de las grasas animales y de los aceites vegetales) con una solución alcalina (hecha a partir de una mezcla de agua y un álcali, como por ejemplo la sosa), se obtiene el jabón (que será realmente suave, porque además el otro subproducto que se obtiene de esta reacción es la glicerina).
 El álcali es imprescindible para que se produzca esa reacción, pero hay que tener en cuenta que por sí solo es un elemento cáustico muy peligroso, cuyo manejo implica tomar una serie de precauciones muy importantes para manipularlo con seguridad. Los álcalis más utilizados en la fabricación del jabón son la sosa (hidróxido sódico, NaOH) y la potasa (hidróxido potásico, KOH).
 Por eso, es necesario tener mucha experiencia y unos conocimientos muy amplios sobre los álcalis y sus reacciones químicas, para proceder a realizar una saponificación que ofrezca totales garantías de que el producto final obtenido no entrañe riesgo alguno para la piel.
 Esto no significa que la saponificación sea un proceso terriblemente peligroso, sino más bien muy delicado de realizar: Así, por ejemplo, si en la reacción anterior hay un exceso de sosa, el producto resultante será una masa cáustica inservible; mientras que si por el contrario, la cantidad de sosa es insuficiente, el producto resultante será una mezcla grumosa de aceites, que en nada se parecerá tampoco al jabón.
Es por eso que para realizar un buen jabón, perfectamente saponificado, y con unas excelentes cualidades limpiadoras y emolientes, aparte de una gran experiencia y conocimientos de la saponificación, se necesita conocer también una serie de tablas con parámetros y proporciones muy concretas de cada uno de los elementos que constituyen la reacción, así como su correcta formulación. El conjunto de dichas tablas imprescindibles para la elaborar cualquier tipo de jabón, es lo que se conoce como tablas de saponificación.
Tablas de saponificación
Las Tablas de Saponificación, son tablas que recogen, como su nombre indica, los índices de saponificación de cada tipo de grasa. En general, su aplicación más extendida en el campo de la jabonería, es para conocer la cantidad exacta de sosa, dependiendo del tipo de aceite que vayamos a utilizar, necesaria para que el jabón resultante esté completamente saponificado. En química, se define el índice de saponificación de una grasa, como el número que indica la cantidad en miligramos de hidróxido potásico, necesaria para saponificar por completo un gramo de esa grasa en concreto. Sin embargo, para elaborar el jabón tradicional, el álcali más utilizado normalmente es la sosa (hidróxido sódico), por lo que será necesario transformar el índice de saponificación de cada grasa, en otro tipo de índice alternativo que esté expresado en peso de sosa. Para ello, bastará con multiplicar el índice de saponificación de cada grasa concreta por la masa molar de la sosa (hidróxido sódico) y dividir por la masa molar del hidróxido potásico. La tabla que os mostraremos a continuación es la más utilizada en jabonería y sus parámetros están basados en los valores medios de los índices de saponificación reales de cada grasa, donde se han convertidos algunos parámetros para evitar los cálculos.
Tabla básica de valores de saponificación
• 0,134g Aceite de oliva • 0,190g Aceite de coco
• 0,141g Aceite de palma • 0,134g Aceite de girasol
• 0,128g Aceite de ricino • 0,136g Aceite de almendras
• 0,133g Aceite de aguacate • 0,135g Aceite de soja
• 0,136g Aceite de maíz • 0,133g Aceite de sésamo
• 0,069g Aceite de joroba • 0,156g Aceite de palmiste
• 0,132g Aceite de germen de trigo • 0,069g Cera de abeja
• 0,137g Manteca de cacao • 0,128g Manteca de karité


jabón artesanal de glicerina

materiales
. una barra de jabón de glicerina
. alcohol
. molde de plástico
. aceite desamoldaste
. crema para manos
. papel tissue


Procedimiento
1. con un cuchillo bien afilado corte en rodajas de la barra de jabón, luego en cuadros mas chicos
2. en un recipiente de metal, poner al fuego para baño de maría, y derretir la glicerina, una vez que la glicerina este toda derretida le agregamos unas gotas de alcohol para que se forme espuma y quede la glicerina mas transparente, puede ser sin color, y sin olor, o pueden agregarle color con colorantes.
3. en un molde previamente aceitado, verter la glicerina liquida. dejar solidificar la glicerina en el molde a temperatura ambiente, y luego llevar al refrigerador por un periodo de 30 min.
lo dejamos reposar para que tome temperatura 10 min, luego desamoldar puede adornarlo o guardarlo en papel celofán y una cinta de color.

¿como hacer jabón casero?

Para hacer nuestro jabón casero, necesitaremos lo siguiente:
  • Un recipiente de barro, metal o cristal
  • Una cuchara de madera
  • 3 litro de agua
  • 3 litro de aceite (usado de freir)
  • 500 gramos de sosa cáustica
Echamos en el recipiente, la sosa cáustica y añadimos el agua con mucho cuidado, ya que la sosa cáustica puede quemarnos la piel, asi que procura no tocarla.
Ahora es el momento de ir añadiendo el aceite poco a poco, mientras con la cuchara de madera vamos moviendo la mezcla. Este proceso debemos prolongarlo durante un buen rato, una hora aproximadamente, hasta que tengamos una pasta espesa de color blanquecino.
Ahora dejamos reposar durante un par de días y listo ya tenemos nuestro jabón casero.
Si quieres que el jabón sea un aromático, puedes echarle aceites esenciales de limón, fresa o lo que tu prefieras. Si quieres que el jabón salga más blanco puedes añadir un producto blanqueante, como un chorrito de añil.
Aqui os dejamos un video explicativo que te puede sacar de dudas a la hora de hacer tu propio jabón casero.

el jabón


El jabón ya era utilizado desde el año 2.800 a.C De esta época data un material jabonoso encontrado en unos cilindros de arcilla durante una excavación arqueológica en la ciudad de Babilonia. En estos cilindros había unas tallas que describían el proceso de hervir las grasas con ceniza, método ancestral de fabricación de jabón. 

Durante la edad media el jabón era un artículo muy caro, por lo que su empleo era limitado. Recién en el siglo XIX que se difundió el uso del jabón en Europa y luego en el resto del mundo. 

Tanto los jabones de tocador como los detergentes parten de la misma base, la diferencia está en que los jabones se fabrican a partir de sustancias naturales, como grasas de animales y vegetales, mientras que los detergentes se elaboran a partir de materias primas sintéticas. El jabón es básicamente una sal obtenida de las grasas, que resulta soluble en el agua. La saponificación es la reacción de una solución alcalina con las grasas animales y vegetales (sebo y aceites) 
Porque el aceite que sobra en el hogar y se tira por el fregadero termina en nuestros ríos. Una vez allí forma una película que no permite la oxigenación y destruye peces y plantas acuáticas. Un litro de aceite contamina 50.000 litros de agua.